Tres Vocales del Consejo Superior [141] –aparte el Vice-presidente Nacional José María Castán Vázquez– cargaron con el peso y la responsabilidad de llevar a Roma a nuestra Juventud peregrina. Con ellos, justo es reconocerlo, han colaborado multitud de abnegados y entusiastas colaboradores.
Los actos comenzaron en Barcelona en la Iglesia de Santa María del Mar.
Era la tercera peregrinación de la Juventud de Acción Católica Española a Roma. La presidía el Arzobispo de Tarragona, Mons. Benjamín de Arriba y Castro. Manuel Aparici acudía a ella como Consiliario Nacional [142].
« ... No nos interesa sólo –le dice Manuel Aparici al Rvdo. Antonio Santamaría González [143]– que los jóvenes vayan a Roma, sino que Roma venga en nuestros jóvenes. Me alegraría tenerte entre los Consiliarios peregrinos».
1. Invitación a nuestra juventud
Mons. Sergio Pignedoli, Secretario del Comité Central del Año Santo, invitó a los jóvenes católicos de España a peregrinar a Roma en el Año Santo de 1950. Les decía:
«Jóvenes católicos de España: Vosotros figuráis entre los primeros invitados a venir a Roma en el Año Santo de 1950. No sólo porque sois católicos y sois españoles: dos razones más que suficientes para poneros a la cabeza de las peregrinaciones. Sino también porque tenéis dentro del alma la poesía del peregrinar, por eso mismo; ese peregrinar en el sentido “de no pararse jamás en la primera etapa y de tender, por el contrario, a metas siempre más adelante”.
»Esto lo sé por una afortunada experiencia que pude hacer, en agosto último, en el séquito del Cardenal Primado Pla y Deniel en la gran Peregrinación a Santiago ... » [144].
2. Cambio de impresiones sobre la peregrinación
«El primer cambio de impresiones del Consejo Superior con los Diocesanos sobre la Peregrinación a Roma con motivo del Año Santo tuvo lugar en las Jornadas Nacionales del Escorial. En ellas, el Vicepresidente del Consejo Superior presentó un primer informe acerca de lo que podría ser la Peregrinación y de las dificultades con las que iba a tropezar.
»Habiendo encontrado un eco entusiasta los planes del Consejo Superior, se adoptaron tres conclusiones, una de las cuales de refería estrictamente a la Peregrinación: “El Consejo Superior organizará para el mes de octubre de 1950 una Peregrinación Nacional de la Juventud de Acción Católica Española a Roma aspirando a llevar el mayor número posible de peregrinos ... En dicha Peregrinación se hará entrega al Santo Padre del Libro de los Mártires y el de las Vocaciones de nuestra Juventud, así como el Álbum Asuncionista”.
»Por aquellos días se puso también de relieve el interés que al Cardenal Primado le merecía la Peregrinación (carta que éste dirigió a los jornalista con fecha 26 septiembre 1949), así como en la visita que, durante los días del Congreso Nacional, hicieron los miembros del Consejo Superior a Su Eminencia.
»El 15 de octubre de 1949 el Presidente Nacional, Enrique Pastor, realizó un llamamiento a la Juventud para peregrinar; y en sus discursos ante las Asambleas de Madrid y de Barcelona insistió muy especialmente en lo mismo.
»El Consejo empezaba, con el curso, una campaña de propaganda de la Peregrinación en SIGNO ... prevista para el tercer domingo de octubre de 1950, de tres días de estancia en Roma y unos 1.000 peregrinos ... Pero hay algo más fundamental previo: El plan de preparación espiritual. Si la Peregrinación va a significar algo, es preciso que los peregrinos hayan preparado su espíritu en Ejercicios y Cursillos durante el verano ... » [145].
A este efecto, el Consejo Superior estudia un plan.
3. Apertura de la Puerta Santa
A la vuelta de la apertura de la Puerta Santa Manuel Aparici escribe en la revista INCUNABLE [146]:
«A finales de diciembre de 1949, un reducido grupo de jóvenes (94 en total) peregrina a Roma para asistir a la apertura de la Puerta Santa. Universitarios y obreros, militares y artistas, grupos de distintas obras, que todos tenían como fin una España más de Cristo.
»Presidía la peregrinación el joven Obispo Auxiliar de Madrid–Alcalá (que el cronista no cita) y le ayudaban en la asistencia espiritual de los peregrinos tres sacerdotes jóvenes también: El P. Llanos, S.J. y el cronista (Manuel Aparici, que todavía no era Consiliario Nacional), y un tercero (cuyo nombre tampoco cita).
»Son como un “speciment” de la juventud española: Su común denominador es su catolicismo, pero catolicismo peregrino; es decir, dinámico, lleno de ansias de reconducir a todos los hermanos a la Casa del Padre.
»Antes de emprender el camino un retiro espiritual. Roma, y todo lo que en ella nos aguarda puede ser considerado de dos formas: Con criterios de carne –y he aquí el demonio del turismo– o con criterios contrarios, y éstos deben ser los propios del peregrino ... Por eso, peregrinación de penitencia, no sólo de mortificaciones externas, sino de conversión total a Cristo ...
»Al filo de la medianoche del día 26, vuelta a España».
4. Preparación espiritual de la peregrinación
Con el fin de preparar espiritualmente la Peregrinación, se celebró en la Casa Diocesana de Ejercicios Espirituales de Nuestra Señora de la Almudena, de Madrid, durante los días 27, 28, y 29 de agosto de 1950, el Primer Cursillo Nacional en régimen de internado y con la asistencia de 24 representantes de diez Diócesis del centro de la Península. En calidad de externos asistieron miembros del Consejo Superior y del Consejo Diocesano de Madrid–Alcalá. Fue rector del mismo el Vicepresidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica José María Castán Vázquez.
Fin directo del mismo era formar profesores que, en las Diócesis próximas a Madrid, como en toda España, dirigieran los Cursillos Diocesanos y las campañas de preparación espiritual de peregrinos.
De todas las intervenciones habidas, sólo vamos a recoger aquí algunas de ellas por su indudable interés [147].
4.1. Enrique Pastor Mateos, Presidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica
Pronunció su lección sobre «El Ideario de los Jóvenes de Acción Católica».
Comenzó su disertación haciendo un resumen de la finalidad del Cursillo: Remover las conciencias de los futuros peregrinos para que nuestra marcha a Roma no sea un simple acto mecánico.
«En Roma –dijo– ofreceremos al Papa nuestra juventud arrogante sometida al yugo del Señor. Ofreceremos nuestros cuerpos, pero esto no es bastante; ofreceremos nuestras almas, que tampoco bastan; ofreceremos, en fin, nuestro cuerpo y nuestras almas transformadas por la gracia».
Hizo luego un estudio preliminar del ideario.
«Un ideario de la Juventud de Acción Católica –añadió– no se concibe sin intervención sobrenatural ... Y al hablar de ideario fijamos en dos aspectos estas palabras: Arquitectura de ideas en el terreno de la mente y en el campo de la voluntad ... ».
Completando su conferencia sobre el «Ideario» pronunció una nueva lección sobre «El ideal de los Jóvenes de Acción Católica».
Señaló que nuestro ideal debe ser Cristo. Cristo, Camino del Padre. Pero como el Padre y el Hijo son la misma substancia, estar en el Camino, es decir, en Cristo, es ya ver la meta, o sea al Padre. La vida de gracia es en cierto modo vida de gloria.
Analizó las principales características de nuestro ideal bajo este mismo signo de Cristo, Camino. Nuestro ideal debe ser alegre, capaz de la renuncia en sus tres formas de austeridad, mortificación y sacrificio, justamente las mismas cualidades que ha de tener nuestra Peregrinación; debe poseer un sentido de expiación y debe ser disciplinado.
Nuestro ideal no es sólo Cristo, Camino, sino también Cristo, Verdad. La Iglesia es la conservadora, definidora e intérprete de la Verdad. Y para vivir necesitamos conocer esa Verdad.
Y, finalmente, nuestro ideal es también Cristo, Vida. Necesitamos una cristiandad en vanguardia, sin tibiezas ni cobardías. Y, como españoles, ha de dolernos la cristiandad española, porque la amamos.
4.2. José María Castán Vázquez, Vicepresidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica
La primera lección del mismo fue explicada por él y versó sobre «La juventud ante la Peregrinación a Roma».
En una breve introducción hizo, ante todo, un resumen del plan del Cursillo y de sus propósitos, señalando la cualidad peregrinante de nuestros jóvenes. Destacó la importancia de varios de los actos de la peregrinación, entre ellos el que será dedicado a la Asunción de Nuestra Señora.
«No se trata –dijo– de hacer turismo ni de cumplir un programa excesivamente recargado de actos piadosos, ni de un despliegue de fuerzas, de una demostración de nuestra fe, sino de acudir ante Su Santidad en este año del gran retorno y del perdón para orar por los ateos y paganos, por los disidentes y por los pecadores. Roma es nuestra patria. Vamos, pues, a la patria. Pero en este peregrinar del mundo católico nos cabe una primacía indiscutible. Nuestra Juventud ya estuvo en Roma en los Años Santos de 1925 y 1933. Ahora, por lo tanto, no hace sino seguir su tradición de Vanguardia de Cristiandad».
Se refirió luego a las dificultades materiales de la Peregrinación, señalando que la mayor dificultad y el mayor mérito están precisamente en la preparación espiritual mediante los Cursillos y Ejercicios. «Sólo así –añadió– podremos llegar a la plenitud de aquel estilo peregrinante que empezó a manifestarse tímidamente en los años 1925 y 1933, para seguir con Zaragoza y Santiago, y que debe ser de penitencia por los pecados propios y ajenos.
La santidad de la familia, la renovación de las costumbres, la justicia social, la paz, tan gravemente comprometida por unos hombres que se reúnen sin invocar a Dios, han de ser las metas de nuestra Peregrinación. Y por ello hemos de acudir a la oración, a la meditación y a los sacramentos, a ser austeros, alegres, modestos y activos, para que un día toda la juventud española sea ganada para Cristo».
4.3. Rvdo. Mauro Rubio Repullés
Desarrolló la lección “El dogma de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos”, realizando un completo estudio teológico del misterio.
4.4. Manuel Utande Igualada,Vocal del Consejo Superior y Presidente Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica de Madrid–Alcalá
Su lección versó sobre «La Juventud de Acción Católica en el momento presente».
La Juventud de Acción Católica por su estructura en 1950, ha conseguido adaptarse a todos los ambientes para santificarlos. Destacó la indispensable cualidad del apostolado en el joven. No nos bastan Jóvenes de Acción Católica, sino Jóvenes de Acción Católica apóstoles. El apóstol y su formación mediante las Vocalías de Piedad y las Escuelas de Propagandistas y dirigentes, la disciplina que integra al apóstol en la estructura, los conceptos superados y los peligros a evitar fueron otros puntos estudiados.
4.5. Manuel Alonso García, Presidente de la Comisión Nacional de la J.O.A.C.
Habló sobre «Estilo Peregrinante de la juventud».
Comenzó estudiando los conceptos de estilo y juventud.
«Pero este estilo nuestro es sobre todo peregrinante. La peregrinación es símbolo y esencia; tiene un contenido espiritual, apostólico y social, de convivencia y armonía, de sentido y de dimensión de comunidad, porque para la comunidad existimos en la máxima virtud de la caridad. Y esta peregrinación ideal que reclama todas nuestras atenciones, tiene etapas: el fortalecimiento y preparación interiores, es marcha en sí, el olvido de todo egoísmo para buscar la idea del sacrificio puro, del darse a todos, y, finalmente, la llegada a la Casa del Padre. El hombre es peregrino sobre la tierra, porque es extranjero en ella. Y este estilo ha de conquistar la fe por el camino del renunciamiento, siendo esencialmente religioso, íntegramente unitario, de fortaleza insuperable, de contenido apostólico, vocacionalmente mártir y generoso y desprendido.
»El estilo de nuestra peregrinación –dijo, uniendo los conceptos anteriores, en la acción y el pensamiento– está en la verdad y el apostolado. Y ese estilo es permanente por su esencia sobrenatural, por su afán apostólico y por su deseo de eternidad, como es histórico por sus principios (buscar el ser y dar el ser, crear). Y dentro de este ideal histórico tenemos frente a nuestras almas unas exigencias que no esperan, que piden una realización inmediata dentro de cada uno de nosotros: la constante de nuestra peregrinación, de nuestra generosidad y de nuestro apostolado».
«Hemos de hacer la vida –finalizó– según nuestro estilo: inquieta, serena y rebelde a un tiempo, de intensa actividad interior y meditación profunda»
4.6. Manuel Aparici Navarro, Consiliario Nacional de los Jóvenes de Acción Católica
Habló sobre la «Unidad de la Iglesia: El Papado».
«El jubileo –dijo– es una infusión de gracia santificante; pero sólo se infunde en las almas convenientemente dispuestas. Y ese jubileo se gana en Roma, porque Roma es una suma de gracias que predispone al alma al despego de las criaturas y a la unión con Dios. ¿Acaso Roma no es lo mismo que “amor” leído al revés?
»Y Roma es la Iglesia. La Iglesia, que es la congregación de fieles, cuya cabeza es Cristo y que obedecen las consignas de su cabeza visible, el Vicario de Cristo en la tierra. La Iglesia es, pues, Cristo vivido y propagado. Cristo es uno; luego la Iglesia es una; una en la fe, en el régimen y en la vida.
»En el papado confía Cristo su misión de amor. Porque Cristo hizo con nosotros el milagro de irse y quedarse».
La última lección tuvo por título: «Santidad de la Iglesia (procesos de canonización y beatificación)» y también fue desarrollada por él.
«La Iglesia –dijo– es santa por su unión con Dios mediante la caridad. Y la Iglesia es santa activa y pasiva; activa, porque da la santidad; pasiva, porque en ella hay hombres santos».
Hizo luego una detenida exposición de la santidad y de los medios que la Iglesia, por el derecho canónico, utiliza en los Procesos de Canonización y Beatificación para determinar el grado de virtud de la persona encausada. ¿Premonición?
5. La peregrinación ha de ser una «peregrinación social»
«Hay que reconocer –dice Manuel Aparici en la entrevista a SIGNO [148]– la acumulación de gracia que significaron para nuestra juventud los acontecimientos de Roma, el Pilar y Santiago. Ahora, por ejemplo, hacen Ejercicios Espirituales de siete a ocho mil jóvenes cada año. En 1934 serían un millar, y no todos eran precisamente los peregrinos.
»Hay que aprovechar los frutos de Compostela .... Está sepultada la semilla. Dejémosla granar en el tiempo.
»Esta próxima Peregrinación a Roma ha de ser una peregrinación “social”. No olvidemos que en Compostela prometimos ser Vanguardia de Cristiandad. Esto nos obliga a llevar a Roma, abrazados en nuestra caridad, a todos los jóvenes del mundo ... Vamos a hacer penitencia para conseguir que la redención de Cristo sea aplicada al mayor número de almas ... Sólo así obtendremos cumplidamente la gracia jubilar del Año Santo romano.
»La marcha será dura, como también lo fue para los Jóvenes de 1934. Ellos consiguieron poder oír Misa en el mismo tren, en ruta. Eso, y la llegada a Roma, les compensó sobradamente de todo sacrificio. Hay que aceptar, de antemano, la mortificación, principalmente la interior; con espíritu de fe, seamos penitentes de Dios en nombre de todos los jóvenes del mundo».
Y les aconseja:
«Alegría en todo y nunca faltar a la caridad fraterna, sobre todo en el juicio sobre los dirigentes y organizadores cuando surjan los inevitables fallos o incidentes.
»Volveremos al Coliseo como lo hicieron los jóvenes del 34. Haremos conmemoración de nuestros mártires, de todos los mártires. No como un recuerdo sentimental y vago, sino considerando a los mártires como gracia de Dios. Conmemoración martirial que sea acto vivo y operante. Un 50% de los peregrinos de 1934 murieron o se han hecho sacerdotes. Que los peregrinos de 1950 entiendan y secunden esta disposición al martirio».
Surge en la charla el tema de la Asunción y nos recuerda que desde hace diez años los Jóvenes de Acción Católica juran al ingresar en la Obra vivir conforme a la creencia de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos. Y añade:
«Desde el Pilar hasta ahora, lo más glorioso que ha hecho la Juventud de Acción Católica Española es haber paseado a la Virgen por toda España. Es un principio de conversión. Dios quiere volver a nosotros a través de María llevada sobre los hombros de los Jóvenes de Acción Católica».
Y finaliza la entrevista con estas dos afirmaciones de Manuel Aparici:
«El cristianismo es un hecho social, y los peregrinos de la Vanguardia de Cristiandad no pueden perder de vista ni un instante esta universalidad y transcendencia social de su fe y sus obras. Y por otra parte, que la Peregrinación ha de ser total. Aunque muchos no puedan ponerse en camino físicamente hacia Roma, han de ir envueltos en los pliegues de nuestras banderas. No es la Peregrinación de unos cuantos, sino la Peregrinación de la Juventud de Acción Católica».
6. Exhortación del Consiliario Nacional en el umbral del jubileo
Desde SIGNO [149] exhortó así a los peregrinos:
«¡Peregrinos! El Señor, que sembró en nuestras almas las ansias de peregrinar, nos allanó los caminos. Roma nos aguarda. Es Cristo quien nos lleva y a quien llevamos: En nosotros, por su gracia, debe iniciarse el gran retorno y el gran perdón de todos los jóvenes de la tierra.
»Nos lleva para purificarnos e inflamarnos en el fuego de las gracias jubilares. Sobre las piedras milenarias brillará con luz deslumbradora la caridad de Dios: 500.000 fieles con centenares de Obispos se reunirán en torno a la tumba de Pedro para oír del actual Pedro la definición dogmática de la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma a los cielos.
»¡Gloriosa apoteosis del Dios crucificado! El que fue escándalo para los judíos y locura para los gentiles, venerado y adorado hoy por millones y millones de hombres de toda raza y condición. Revelación del poder unitivo de una fe, una gracia y un bautismo en Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Cristo. Manifestación del amor de Dios: Que el Espíritu Santo es quien a todos vivifica para decir a cada uno con el gozo clamoroso de todo el orbe católico: “Estoy a tu puerta y llamo”.
»Nos lleva a Roma para que nos entreguemos de una vez y del todo a la santa tarea de retornar el mundo a Dios que prometimos el día que recibimos la insignia.
»Le llevamos. porque el (ilegible) de retorno de los pródigos a los brazos del Padre la que nos hizo empuñar el bordón de peregrinos. Mas este retorno no es posible sin oración y penitencia que nos identifique con Cristo, que nos lleva.
»Oración, porque en nombre de toda la juventud del mundo hemos de agradecer al Padre el don de su propio Hijo florecido en la carne virginal de María, agradeciéndolo con fervores del Espíritu Santo en el alma. Oración, porque hemos de alcanzar de Cristo la noticia del amor que el Padre tiene en Él a todos los jóvenes de la tierra, a fin de que esa noticia nos apegue totalmente y para siempre el santo querer de Dios.
»Penitencia, porque son muchos los pecados de la grey juvenil. Y por amor de Cristo, para que Él extienda en ellos su vida y ellos retornen al amor del Padre es preciso pagar la deuda. A eso nos lleva el Señor a Roma: A que nos postremos a los pies de su Vicario como paga de los pecados de los jóvenes de España y del mundo para que en nosotros fructifique su bendición.
»No dejemos pasar ninguna de las gracias que el Señor nos preparó. Como en el camino de Emaús, Él irá a nuestro lado. Nos adoctrinará sobre las Escrituras, nos hará ver que al Cristo le convenía padecer para entrar en su gloria, y si con amor sabemos retenerlas a nuestro lado y al partir el pan de la oración, el sacrificio, la generosidad, la alegría santa y la austeridad, también nosotros le reconoceremos y tornaremos gozosos a evangelizar a los hermanos la alegría de Cristo resucitado.
»Llevamos en el alma a toda la juventud que dejamos en la Patria y pidámosle a Cristo que nos clave a su cruz con los clavos del amor que quiere mostrarnos en Roma, a fin de que mueran a sus pecados en nuestra carne penitente, y así se inicie para ellos el gran retorno y el gran perdón».
7. Los peregrinos de Compostela y el Pilar llegan a Roma
A la cabeza de la peregrinación figuran el Arzobispo de Tarragona, el Consiliario Nacional y el Consejo Superior y las banderas peregrinantes.
«Integraban la Peregrinación cerca de un millar de jóvenes –escribe en SIGNO de fecha 11 de noviembre de 1950 el Vicepresidente Nacional José María Castán (Cf.)– . De jóvenes en gracia. Venían de todos los rincones de la Patria: de la Península y las Baleares, de Canarias y Marruecos. Todos lucían una misma insignia, siguiendo una misma bandera. Y empuñaban análogo bordón, latiendo en idéntico afán. Partieron de Santa María del Mar, de Barcelona, una clara mañana de octubre, con el alma henchida de gozo, después de recibir el cuerpo de Cristo. Compartieron el pan en el camino, entonando las mismas canciones y elevando igual oración ... ».
«Durante los cuatro días que han estado en Roma (del 29 de octubre al 1 de noviembre, ambos inclusive), los peregrinos se han sentido tocados por la intensa vida espiritual de la urbe, rezando sobre piedras que aún rezuman sangre de martirio y plegarias de santos, confundida con millones de peregrinos llegados de todo el mundo para asistir al magno acontecimiento de la definición asuncionista y ganar el jubileo».
Tenían establecida su base en el campamento de San Giorgio. Al amanecer del día 29, cansados y con sueño (habían dormido sólo cinco horas) tenía lugar el primer acto de la Peregrinación: la Santa Misa. La «oficia el Consiliario Nacional, Manuel Aparici ... Las rodillas se hunden sobre la hierba en el momento de alzar. Después varios sacerdotes distribuyen la sagrada comunión entre los peregrinos». «Terminada la Santa Misa, los Jóvenes se trasladan al Colegio Español ... donde se dio lectura a la meditación del día, según prescribe la “Guía del Peregrino”».
«A continuación tuvo lugar el primer acto oficial de la Peregrinación: visita jubilar a San Pedro. El cortejo se traslada a la basílica entonando cánticos religiosos. Al llegar a la plaza del Vaticano se entonan las letanías de los santos, penetrando en el grandioso templo de ocho en fondo, ante los aplausos y entusiasmo de la multitud que presenció el paso procesional. Dentro ... los peregrinos se dirigen al altar de la Confesión, situándose en su entorno. El Arzobispo de Tarragona ... pronuncia unas palabras sobre el tema asuncionista, rezándose los padrenuestros prescritos. Luego se canta el credo y se reza la oración del Año Santo, dirigiéndose los Jóvenes a la capilla del Santísimo Sacramento, ante el cual se entonó el Himno Eucarístico español y el de la Juventud. Finalmente, se visita la capilla de la Purísima Concepción, el dogma tan cercano a nuestra historia, entonándose la salve gregoriana y el “Christus vincit”.
Ha terminado la primera visita jubilar ... Nuestros muchachos se desperdigan por las calles de Roma para comenzar su visita a la ciudad».
«Habían recorrido Roma, una y otra vez, en bloque compacto con sus banderas desplegadas y sus bordones. Enronquecieron sus gargantas vitoreando al Papa, mientras –por contraste– enmudecían las de muchos transeúntes por la emoción ... y alguno por odio» –sigue diciendo José María Castán. Eran –como decía al día siguiente un periódico romano– «los hijos de España un millar de peregrinos, que entre tantas otras peregrinaciones están dando la nota de color y del máximo fervor religioso y juvenil. Llevan en lo alto el bordón con la concha ritual de peregrinos; son los devotos del Santo de Compostela, cuyo sepulcro se venera en el santuario español de la Edad Media, tercero en el mundo como símbolo de peregrinaciones, con el Santo Sepulcro de Jerusalén y San Pedro de Roma».
«Por la tarde asisten a los actos organizados en la Iglesia Española de Montserrat [de la que era Rector D. Maximino Romero de Lema] con motivo de la entrega de una imagen de la misma advocación por los peregrinos catalanes ... Los peregrinos desfilan ante la imagen, besando las plantas. Al acto ha asistido el Obispo de Barcelona, Dr. Modrego, el Prelado de León, D. Antonio Urbis, y el Embajador de España ante la Santa Sede, D. Joaquín Ruiz–Giménez».
Después, al anochecer de este día, el acto en el Colegio Español
8. Acto en el Colegio Español
«En el Colegio Español ratificaron los peregrinos su afán de ser apóstoles. O mártires acaso. Como Manolo Llanos, como Antonio Rivera, como aquellos otros mil jóvenes que en 1934 aceptaban también el cáliz y habían –muchos de ellos– de llegar a beberlo» [150].
José María Castán Vázquez, Vicepresidente del Consejo Superior, que ostentaba la representación de Enrique Pastor, Presidente del mismo, que lamentándolo mucho no pudo asistir, pronunció un vibrante discurso. Le siguieron después en el uso de la palabra el Rector del Colegio Español, D. Jaime Flores, y Joaquín Ruiz–Giménez, Embajador ante la Santa Sede, con su oratoria vigorosa, rotunda, ardiente en medio de su firmeza.
Fuera de programa se hizo que participara en el acto el Presidente Nacional de la Juventud Católica Mejicana, Pablo Héctor, que realizó la peregrinación desde Madrid con nuestros jóvenes como un peregrino más, participando de todas las incomodidades de nuestros jóvenes, pero viviendo también todas las alegrías y haciendo realidad la magnífica hermandad entre las Juventudes de las dos Naciones. Pablo es un espíritu abierto, sencillo y reposado, con una clara visión de los problemas y una gran rapidez en las decisiones.
El patio del Colegio rebosaba con la presencia de nuestros jóvenes. En la balconada del claustro, el Arzobispo de Tarragona, Joaquín Ruiz–Giménez, D. Jaime Flores y los miembros del Consejo Superior. Y ante el silencio expectante de los peregrinos habló José María Castán Vázquez.
8.1. José María Castán Vázquez Vicepresidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica
« ... Os presentamos, Señor Embajador, a la Juventud de Acción Católica, esperanza de la Iglesia y más que esperanza, porque “por sus frutos los conoceréis”, dice el Señor, y sus frutos son ya: una Obra de cerca de 200.000 jóvenes, a través de los cuales se influye en todos los de España y se llega a todos los rincones y a todos los ambientes; una Obra que formó a otros miles de jóvenes que son hoy ya padres de familia íntegramente cristianos, los sacerdotes que realizan el más fecundo apostolado o los hombres públicos ya dirigentes de la Nación. ¿Y algo más aún? Sí, es la Obra que dio a la Iglesia y a España siete mil mártires.
»Esta Juventud viene una vez más peregrinando, porque peregrinar es nuestro estilo. Peregrinando como en 1925 y en 1934, cuando trajo a Roma un millar de jóvenes, muchos de los cuales presentían y aceptaban el martirio próximo; como en 1940, cuando condujo al Pilar la Juventud de la Cruzada; como en 1947, cuando inundó de peregrinos las rutas de los santuarios de España, y como en 1948, cuando realizó el ideal de presentar ante el sepulcro del Apóstol Santiago cien mil jóvenes en gracia. Hoy viene nuevamente esta Juventud a Roma –patria de todos, como proclama Pío XII, porque en la tierra teñida por la sangre de los mártires y bendita por la presencia del Papa nadie puede sentirse extranjero– a presentar al Padre Santo nuestra Obra, a pedirle sus consignas, a proclamar nuestra fe en la gloriosa Asunción de María y a vivir la Caridad de Cristo en el año del gran retorno y del gran perdón. Retorno y perdón que ambicionamos para todos, contemplando con humildad lo pequeño de nuestras fuerzas ante la magnitud de la empresa apostólica, pero afrontándola con energía al sentir a Cristo con nosotros.
»Jóvenes de Acción Católica: La Iglesia necesita apóstoles que con su palabra y su ejemplo difundan la verdad en el mundo, y yo os pregunto: ¿Queréis ser apóstoles de Cristo? (¡Sí! unánime). Pero el ser apóstol conduce muchas veces al martirio; y si éste se nos pidiera como se pidió a siete mil de los que nos precedieron en la Obra, ¿queréis ser mártires de Cristo? (¡Sí!).
»Ya lo veis, pues, Señor Embajador. La Juventud de España renueva su propósito de hacer realidad las consignas de su Himno: Ser apóstol o mártir acaso, vivir o morir por la Cruz. Al hacerlo, sentimos hoy la convicción de que, por nuestro esfuerzo, España será de Cristo, y por España lo será el mundo.
»Una ovación clamorosa premió sus palabras. Y otra ovación afectuosa acogió la presencia de D. Jaime.
8.2. D. Jaime Flores, Rector del Colegio
Pronunció unas breves palabras saludando y dando la bienvenida a los peregrinos llegados a Roma. Señaló la coincidencia de que nuestra estancia en la Ciudad Eterna mediase entre el día de Cristo Rey y el día dedicado por Su Santidad a la definición asuncionista.
«María Reina –dijo– es el colofón del triunfo de Cristo Rey. La juventud es el puente entre esos dos triunfos. Seguimos vuestras doctrinas y vuestros deseos a través de vuestras publicaciones, y sabemos que queréis ser ejemplo para la Cristiandad ... Vosotros tenéis que ser ahora la piedra que sostenga desde España la cúpula de San Pedro».
Las palabras de D. Jaime fueron acogidas con grandes aplausos. Al aparecer Ruiz–Giménez en el balcón, los jóvenes prorrumpieron en una ovación clamorosa. Pronunció un discurso, que era una arenga y una confesión íntima a la vez, una entrega y un abrazo.
8.3. Joaquín Ruiz–Giménez, Embajador de España ante la Santa Sede
«Gracias a vuestro Vicepresidente por las palabras tan fraternales que me ha dicho. Y enhorabuena a vosotros por la doble gracia que os ha hecho Nuestro Señor y que os ha hecho la Virgen Santísima en este Año Santo de 1950: La de venir a Roma a peregrinar y la de entregarnos de nuevo a Manuel Aparici, vuestro Consiliario, el amigo entrañable a quien yo, desde aquí, desde este balcón, como Embajador, quiero expresarle mi agradecimiento sincero, porque si yo he logrado llegar hasta aquí como representante de España a él se lo debo. En el año 1939, cuando yo todavía llevaba en las botas polvo de los caminos de la guerra y me sacó de mis casillas para lanzarme a América. A él se lo debo y a él se lo agradezco.
Peregrinar
»Vuestro estilo es peregrinar. Algo más: Es vuestro modo de ser. Peregrino fui con vosotros a los pies de Nuestra Señora del Pilar. Peregrino en espíritu a Santiago de Compostela, impedido entonces de acompañaros corporalmente. Y peregrino ahora en Roma, porque donde yo quisiera estar no es en este balcón hablándoos en nombre de España, porque yo soy todavía con vosotros. Si algo hay algo que pudiera pedir a Nuestra Señora es ser de nuevo joven de Acción Católica.
»Si ser español –como dijera aquella mente generosa y valiente de José Antonio– es una de las pocas cosas serias que podemos ser, ser joven de Acción Católica es tal vez la más seria de todas ellas.
No queremos volver a las catacumbas
»Y no lo digo porque precisamente sea un privilegio, sino una carga. Por eso vuestro peregrinar es modo de ser. El catolicismo cabe tomarlo –y por el hecho histórico constantemente así se toma hoy en muchos lugares del mundo– de una doble manera; o como modo de ser peregrinante o como modo de ser catacumbal. Líbreme el Señor de subestimar el sacrificio realísimo de los que por la fuerza de las circunstancias ocupan aquellos países sin independencia, que viven bajo el dominio del materialismo ateo y tienen que ir desarrollando su vida religiosa en el silencio de los hogares o en la oscuridad de los claustros. Pero que no nos pidan a los hombres de Acción Católica, a los cristianos de corazón entero, que hagamos nuestro catolicismo así. Queremos un catolicismo militante y abierto, no el de catacumbas. Queremos el de las Catedrales, el de la luz del día, el que conquista y hace el templo, pero también conquista el Estado. Lo diremos con un gran poeta hispanoamericano. Pablo Antonio Cuadra tiene razón. Pero si un misionero hace un convertido y un Estado hace mil, ¿no es una ambición absurda y suicida la de los que quieren apartar a los grupos de Acción Católica ... de las tareas de hacer las “civitas” cristianas? Vosotros sé que no participáis de esa visión equivocada. No os debe importar que os digan algunas veces que estáis ligados al realismo español ...
Los Centros de Vanguardia
»Con hombres como vosotros estuve yo en los frentes de guerra. Y los Centros en Vanguardia tal vez sean la piedra más preciosa de la historia pública ... Si los Centros de Vanguardia fueron ejemplo [...] ¿cómo nos vamos a avergonzar? ...
La triple unidad
»Pero porque somos peregrinantes y es nuestro modo de ser, estamos en camino hacia cosas mejores. ¿Es que no estamos ya satisfechos de nuestra España? No. La queremos con todas sus imperfecciones, pero la queremos y la queremos mejor. Y esto vais a pedirlo a la Virgen. Yo os ruego que la hagáis esta triple petición de unidad: primera, la unidad de todas las tierras de España ...
»Ahí tengo ante mí, con los colores rojo y gualda de nuestra bandera, el nombre de todas las capitales de España ¡Pero si en esto está su grandeza, en la unidad de todos sus regiones! En un mundo que camina hacia grandes rivalidades regionales, hace falta la unión de todos frente a peligros comunes. Y sería ridículo y absurdo el tono de disgregación periférica, el intento de separarse del tronco viejo y añejo siempre fecundo de la madre España.
»Pero que todas las regiones tengan también un gran sentido de comprensión y caridad para lo que hay de genuino en cada una de ellas. Y no nos asombremos de oír cantar lo que es propio de cada una de ellas, porque, en definitiva, todos sus cantos no son sino un canto a España.
»¡La unidad de todos los hombres de España! ¡Cuánto nos queda por hacer en esto! El Santo Padre mira con empeño, con expectativa, con ilusión, aquellos pueblos que tienen la dicha y la gracia de ser radicalmente cristianos, en espera de que de ellos surjan las fórmulas que impongan la justicia social. ¿Seréis vosotros la vanguardia de esa tarea decisiva de reunir a los hombres en una auténtica hermandad? ¿Tendréis el valor de reparar las injusticias y decir la verdad cueste lo que cueste y caiga quien caiga?
La unidad de la estirpe
»Y, por último, la unidad con todos los pueblos de nuestra propia estirpe, la colaboración con los otros pueblos del mundo. Siento que no esté por aquí este muchacho mejicano que me parece que os acompaña. Hubiera querido oír sus palabras (Hace acto de presencia el representante mejicano). Y permitidme que ya que está aquí, que no sea el Embajador español el último que os hable. Que nos dirija él la palabra. Unidad de todos los pueblos de lengua, estirpe y sentir español. Todo esto puesto como escabel a los pies de Nuestra Señora. Cuando se inauguró el Congreso Mariológico Internacional le oí a un Embajador de Hispanoamérica una frase estupenda. Es ésta: “Hoy la fe en María ha hablado en castellano”.
Somos comprensivos
»Comprensión y afán de paz y de unidad también con todos los pueblos del mundo. Precisamente hoy, en esta hora en que tal vez coincidiendo con la declaración del dogma de la Asunción, nuestra Reina del cielo, que es Reina de justicia, ha querido hacer a España el obsequio de que reparasen una inmensa injusticia: la declaración de la O.N.U. de 1946. Y, ahora, cuando no hemos recibido más que incomprensión, nosotros, con nuestra hidalguía y nuestra nobleza, somos comprensivos. Han estado aquí peregrinaciones del S.E.U., de los obreros de Játiva, de diversas entidades y gremios. Ahora sois vosotros, Jóvenes de Acción Católica. Y es que la juventud española tiene un mismo estilo, aunque sus actividades sean más bien políticas o apostólicas o sociales, pero siempre con el mismo estímulo que nos anima: el amor a España, la fidelidad a Cristo y la adhesión al Sumo Pontífice.
»A los pies del Santo Padre habéis pedido, tengo la esperanza de que la Virgen Santísima os dará la alegría de que os postréis materialmente a los pies del Padre.
El Papa entiende a España
»Vosotros lo vais a ver y lo vais a oír en la gran solemnidad de pasado mañana. Entonces decidle con vuestros gritos de españoles que sois fieles a él. Él lo sabe. He tenido ocasión de rebatir, por mis actividades en el cargo que ostento, a esos que quieren hacernos creer que el Papa no quiere ni entiende a España. Falso. El que dice lo contrario es que quisiera que no la comprendiera. Así. Decidlo así: “¡España, por el Papa!”. Porque nuestro sentido de jerarquía y romanicidad está más vivo que nunca. Y decidle que en España está la mejor –permitidme que lo repita– juventud del mundo, porque el afán de heroísmo y la disposición al sacrificio así lo confirma, materialmente dispuestos a luchar por él y llegar por él hasta el fin”.
8.4 Palabras del Presidente Nacional de la Juventud Mejicana
Pronunció unas palabras agradeciendo las pronunciadas por Ruiz–Giménez para proclamar la unidad hispanoamericana. Luego añadió que él había podido haber venido a Roma como un peregrino de lujo, pero ha querido pasar por todos los trances de los peregrinos españoles, con los que ha sobrellevado alegrías y gozos. La fidelidad al estrechamiento hispanoamericano se afianzará más en el regazo de Santa María.
9. Visita a la Basílica de San Pablo Extramuros y Misa en las catacumbas
A las seis de la mañana del día 30 tocan diana. Les espera un día de agitado trajín. Dirigen sus pasos hacia la basílica de San Pablo Extramuros. «Es un día gris y desapacible, y los peregrinos esconden en los bolsillos las manos amoratadas ... Ante la puerta del claustro se forma el cortejo, que entra en el templo entonando las letanías de los santos y los cantos piadosos del ritual. Presiden el Consiliario Nacional, Manuel Aparici, que abre marcha con la cruz penitencial. En el interior de la basílica, los Jóvenes se dirigen al altar de la Confesión, donde se rezará la oración del Año Santo y el credo. En la capilla del Santísimo y de la Virgen se entonó el Himno Eucarístico y la Salve. Y, finalmente, se recorren en procesión las naves de la basílica, cantándose diversas composiciones religiosas ... Para nosotros ha tenido un hondo sabor de austeridad ... ».
«A la salida se sigue el camino de las catacumbas ... A la derecha, surgen las catacumbas de Santa Domitila ... Es de una gran emoción esta Misa subterránea, entre las paredes de ladrillos desconchados, sobre un suelo de viejas baldosas que han desgastado millares de rodillas peregrinantes.
Oficia la Santa Misa D. Manuel Aparici ... Los peregrinos se dan cuenta de que ésta ... es la Roma martirial ...
Al final de la Misa se nos hace el más gozoso de los anuncios. Su Santidad el Papa Pío XII nos recibe esta tarde en la basílica de San Pedro.
A continuación, los peregrinos se dirigen hacia las catacumbas de San Calixto ... ».
10. Audiencia en San Pedro
Por la tarde de ese día 30 la audiencia con el Santo Padre; la más profunda de las emociones de los peregrinos. Fue concedida en unión de las restantes peregrinaciones españolas que se encontraban en Roma, juntamente con peregrinos de otros países..
«En medio de las gravísimas ocupaciones de estos días –les dijo en un dulce español Su Santidad– no podía dejar de atender las insistentes súplicas de los peregrinos de España, la gran nación católica, y concederles una audiencia en San Pedro, expresándoles una vez más el amor que el Vicario de Cristo tiene para sus hijos de España.
»Se lo merece de modo especial la nación española, que ocupa el primer puesto en el movimiento asuncionista, del que son expresión sus catedrales, iglesias y capillas dedicadas a la Asunción de la Virgen María, muestra de cómo sienten los corazones españoles la gloria de su Madre la Virgen.
»Tanto es así, que de no haber sido por las difíciles circunstancias actuales se hubiera despoblado España para acudir a Roma en la ocasión solemne de la definición dogmática de la Asunción de María.
»En representación de tantos millones de españoles, vuestras numerosas y escogidas peregrinaciones de Mujeres de Acción Católica, que tantas muestras de devoción filial han dado al Vicario de Cristo; de jóvenes con espíritu de permanente peregrinación; de maestros; de la Medalla Milagrosa; de Hijas de la Caridad, Adoración Nocturna, Teresianas y de las Diócesis de Tenerife y los valles de Andorra. En vosotros he sentido vibrar con emoción el corazón de España. Bienvenidos seáis y sea para todos el afecto del Padre y la bendición que de todo corazón os otorgo».
«Terminado su discurso, el Papa desciende y se detiene ante el grupo de nuestros dirigentes, conversando de una manera especial con el Consiliario Nacional, Manuel Aparici, que le pide que los sacerdotes peregrinos puedan llevar la bendición apostólica a los jóvenes que han quedado en España. El Padre Santo sonríe, y con la más paternal y emocionada de sus expresiones responde: “Yo envío a todos los jóvenes españoles mi más cariñosa bendición apostólica».
Después de la bendición apostólica, el Santo Padre recibió el homenaje del Episcopado español y de los dirigentes. El Consiliario Nacional de la Juventud de Acción Católica, el Rvdo. D. Manuel Aparici; el Vicepresidente, José María Castán y el Presidente del Consejo Diocesano de Santander lo hicieron en nombre de todos los peregrinos y de la Juventud de Acción Católica. Pero la bandera de la Juventud había quedado detrás de la guardia pontificia, y el Santo Padre quiso que se acercara. Sagastiberri avanzó con la bandera y llegó hasta Su Santidad.
La audiencia había terminado. De nuevo los clamores españoles –“¡España por el Papa!”– atruenan las naves del templo. Desde hoy, muchas gargantas han quedado inútiles para gritar durante muchos días. Era el grito unánime y en la actitud de Pío XII bien se veía al Papa por España.
11. Vía Crucis en el Colise
«Terminada la audiencia, los jóvenes peregrinos se dirigen al Coliseo a pie, donde ha de rezarse el Via Crucis. Las rúbricas de las antorchas abren la oscuridad. Al llegar nuestros Jóvenes, un grupo de peregrinos franceses terminan el recorrido de las catorce estaciones, caballerosamente, galantemente, fraternalmente, entonan el “Ave María”, de Lourdes. Es un gran momento de júbilo y de abrazos ... Luego comenzó nuestro ejercicio piadoso, que fue dirigido por el Vicepresidente Nacional, José María Castán ... ».
12. Misa en la iglesia española de Montserrat, tercera y cuarta visitas jubilares y recepción en la Embajada
Hoy de nuevo, día 31, despiertan a los peregrinos cuando todavía no ha amanecido. ¡Y que fría el agua de estos lavabos romanos! Oficia la Santa Misa el Arzobispo de Tarragona. En su homilía habla de la Asunción de Nuestra Señora y del ideal peregrinante.
Después de la Misa la tercera visita jubilar: Santa María la Mayor. Seguidamente los peregrinos se dirigen a San Juan de Letrán, la “Ecclesia Mater”, donde termina su jubileo.
La tarde de este día ha quedado libre de actos oficiales para los peregrinos. Los miembros del Consejo Superior, los Consiliarios, Presidentes Diocesanos, representantes de las diversas Diócesis peregrinas y los redactores de SIGNO se trasladan a la Embajada de España ante la Santa Sede, donde se ha organizado una recepción en su honor. Son recibidos por el Embajador, D. Joaquín Ruiz–Giménez, quien les da la bienvenida y hace un bosquejo del palacio de la Embajada. Le contesta José María Castán, agradeciéndole el homenaje y el haber gestionado la audiencia con el Papa. Después de un vino español se terminó la recepción en la capilla de la Embajada.
La vigilia del gran día de la definición del dogma y la fecha del 1 de noviembre serían las otras dos Jornadas en la Ciudad Eterna. Oraban a la Virgen, asunta a los Cielos.
13. Testigos de la definición del dogma de la Asunción de María
En Zaragoza la Juventud prometió, en 1940, dar su sangre, si fuera preciso, en defensa del misterio de la Asunción y Mediación de María. Y en la mañana del día 1 de noviembre del Año Santo de 1950, esa Juventud, peregrina en Roma, con su Consiliario Nacional, Manuel Aparici. Era testigo de la definición del dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma a los Cielos por S.S. el Papa Pío XII. Eran las nueve y media de la mañana en punto. En aquel momento glorioso no fue posible contener a la multitud. Era un gozo general inexpresable, algo que estaba muy por encima de la condición humana de cuantos estaban presentes.
La muchedumbre cantó a la Virgen en todas las lenguas, en todos los tonos. Las campanas de Roma repicaban anunciando al mundo la glorificación de la Virgen Santísima.
La proclamación del dogma motivó en Roma la mayor reunión de la Jerarquía universal que registraba la historia de la Iglesia: 35 Cardenales (uno español: el Cardenal Segura, Arzobispo de Sevilla), 7 Patriarcas (entre ellos D. Leopoldo Eijo y Garay, Obispo de Madrid–Alcalá) (154 Arzobispos (seis españoles) y 415 Obispos (de ellos 21 españoles) [151].
Toda España estaba presente. El Ejército, la juventud, las órdenes religiosas, los maestros, los estudiantes. Unos, dentro de la Basílica, y otros, en la plaza. Las banderas de España también fueron levantadas al aire, con la cruz de Santiago.
14. Oración de S.S. Pío XII a María Santísima Asunta
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres,
1. Nosotros creemos con todo el fervor de nuestra fe en vuestra asunción triunfal en alma y cuerpo al cielo, donde sois aclamada reina por todos los coros de los ángeles y por todas las legiones de los santos;
y nosotros a ellos nos unimos para alabar y bendecir al Señor que os ha exaltado sobre todas las otras criaturas y para ofreceros el anhelo de nuestra devoción y nuestro amor.
2. Nosotros sabemos que vuestra mirada, que maternalmente acariciaba la humanidad humilde y sufrida de Jesús en la tierra, se sacia en el cielo con la vista de la humanidad gloriosa de la sabiduría increada y que la alegría de vuestra alma al contemplar cara a cara la adorable Trinidad hace exultar vuestro corazón de feliz ternura;
y nosotros, pobres pecadores, nosotros a quien el cuerpo hace pesado el vuelo del alma, suplicamos que purifiquéis nuestros sentidos a fin de que aprendamos desde aquí a gozar de Dios, Dios solamente en el encanto de las criaturas.
3. Nosotros confiamos que vuestras pupilas misericordiosas desciendan sobre nuestras miserias y sobre nuestras angustias, sobre nuestras luchas y sobre nuestras debilidades, que vuestros labios sonrían a nuestras alegrías y a nuestras victorias; que sintáis la voz de Jesús diciéndoos de cada uno de nosotros, como en otro tiempo de su discípulo amado: “He aquí a tu hijo”;
y nosotros, que os invocamos como Madre nuestra, os tomemos como Juan por guía, fuerza y consuelo de nuestra vida mortal.
4. Nosotros tenemos la vivificante certeza de que vuestros ojos, que han llorado sobre la tierra regada por la sangre de Jesús, se vuelven todavía hacia este mundo presa de las guerras, de las persecuciones, de las opresiones de los justos y de los débiles; y nosotros, entre las tinieblas de este valle de lágrimas esperamos de vuestra celeste luz y de vuestra dulce piedad alivio para las penas de nuestros corazones, para las pruebas de la Iglesia y de nuestra Patria.
5. Nosotros creemos, en fin, que en la gloria donde reináis vestida de sol y coronada de estrellas, sois, después de Jesús, la alegría y la dicha de todos los ángeles y de todos los santos; y nosotros, desde esta tierra donde peregrinamos, confortados por la fe en la futura resurrección, miramos hacia Vos, nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza; atraednos con la suavidad de vuestra voz para mostrarnos un día, después de nuestro destierro, a Jesús, fruto bendito de vuestro seno, ¡oh, clemente; oh, piadosa; oh, dulce Virgen María!
15. Regreso de la peregrinación. Manuel Aparici anima a los peregrinos a perseverar en los frutos de la peregrinación
Cuando emprendieron el regreso, sus cuerpos estaban cansados, pero sus almas, purificadas.
El 2 de noviembre regresaba a España la Peregrinación.
Cerca de las tres de la tarde el tren se detiene en la estación de Francia de la ciudad condal. En ella se tuvo el acto de despedida para evitar más traslados a los peregrinos.
En el recinto enverjado que da paso a la estación se congregan los peregrinos en torno al Consiliario Nacional ... Antes de disolverse Manuel Aparici, subido en una furgoneta de equipajes, dirigió la acción de gracias. Luego dirigió unas palabras a los muchachos, exhortándolos a perseverar en los frutos de la Peregrinación, y formuló las interrogantes de nuestras promesas de peregrinos:
– ¿Prometes peregrinar siempre en gracia con oración fervorosa, caridad ardiente y sacrificio y penitencia impacientes para hacer partícipes a tus hermanos de las gracias que el Señor te ha concedido con ocasión de la visita jubilar?
– Sí, prometemos.
– ¿Prometes hacer de ti mismo, de tu Centro y de tu Patria Vanguardia de Cristiandad ejemplar para así hacer realidad tu grito: “España por el Papa”?
– Sí, prometemos.
– ¿Prometes vivir y hacer vivir el misterio de la unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad de la Iglesia que el Señor te ha manifestado en Roma?
– Sí, prometemos.
– ¿Prometes conformar tu vida al dogma de la Asunción, que en María, simple criatura, te da la seguridad del triunfo total de la gracia sobre el demonio?
– Sí, prometemos
«Peregrino: Fuiste a Roma no sólo a ganar el jubileo para ti como individuo, sino como vanguardista de la Juventud de Acción Católica; llevando en ti, por la caridad, a todos los jóvenes de la tierra. Por eso tu oración, y tu penitencia, y tu mortificación en muchos momentos heroica; pero la peregrinación no termina ahora; tu peregrinación no terminará hasta que lleves a la Casa del Padre a todos los jóvenes para quienes Cristo te concedió la gracia de ser peregrino a Roma en el solemne momento de la definición dogmática del misterio de la Asunción».
El Consiliario Nacional magnífico [152]–dice Ramón Reñe Bach, Vocal de Piedad del Consejo Superior–. Una salva de aplausos cierras sus palabras y otra vez se canta el Himno, con el que se da por terminado el acto. Los jóvenes se dirigían hacia la ciudad, aprovechando las reservas de habitaciones que, en hoteles y pensiones, había gestionado el Consejo Diocesano de Barcelona.
Durante la tarde del día 3 y en la siguiente jornada, la Peregrinación visita Barcelona. Llueve a mares. A la mañana siguiente, ante la imposibilidad de llegar a Madrid con tiempo para ello, se dice la Santa Misa en el andén de Arcos del Jalón. Tres maletas bastan para improvisar un altar. Oficia el Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. Jesús Enciso. Con los peregrinos oyen Misa los empleados de la Renfe y comulgan sólo los sacerdotes, ya que no hay Sagradas Formas para todos. Los hombres han bajado al andén y hunden sobre la arena sus rodillas. Las mujeres [de Acción Católica habían estado en Roma con los jóvenes durante la definición del dogma asuncionista] siguen la Misa desde las ventanillas de los coches.
Terminada la Misa se reanuda la marcha hacia Madrid. Y a las dos y media de la tarde se detiene el tren en la estación de Atocha, donde les espera el Presidente Nacional, Enrique Pastor, con los consejeros y colaboradores del Consejo.
Pero la Peregrinación no ha terminado ...
16. Carta del Presidente Nacional, Enrique Pastor, a todos los Jóvenes de Acción Católica de España
«Jóvenes de Acción Católica de España, veteranos en las empresas del peregrinar confiado, que ayer en Zaragoza y Compostela y hoy en Roma habéis hecho al Señor una ofrenda grata para gozo y provecho de toda la Iglesia militante.
»Jóvenes que, incansables, vais cubriendo, con la ayuda celeste, las etapas que marca el entusiasmo, dejando en todas partes el recuerdo de vuestro estilo inconfundible.
»A vosotros, los que habéis tenido la dicha inimaginable de contemplar la Ciudad Eterna, de escuchar la voz augusta del Padre común y asistir a la más memorable jornada de nuestros días venturosos, que han visto proclamado el dogma de la Asunción corporal de la Bienaventurada Virgen María a los Cielos.
»Y a vosotros, peregrinos en espíritu, que por una u otra circunstancia os visteis obligados a permanecer en vuestros lares mientras el corazón volaba en busca de las gracias jubilares.
»A todos os dirijo estas palabras ...
»La consigna del momento habría de ser apostolado y consigna.
»Sería vergüenza que el espectáculo de nuestras piadosas peregrinaciones no encontrase su adecuado complemento en la eficacia de nuestras actividades.
»Hace falta para ello que nuestro ser cristiano invada por completo nuestra vida y no haya momento en que olvidemos nuestra condición de miembros del Cuerpo Místico de Cristo, soldados de su milicia y apóstoles de su credo.
»Si algún secreto hay que pueda servir de talismán para conquistar esta perenne juventud apostólica, está sin duda en los arcanos de la vida del espíritu, y hemos de poner especial cuidado por ello en avanzar por el camino segurísimo, aunque difícil, del progreso sobrenatural.
»En estos momentos en que se abren ante nuestra vista un sinfín de caminos por los cuales ha de avanzar la audacia de nuestra juventud emprendedora, yo os invito a que os afirméis en el camino emprendido, a que os abracéis a ese camino que es Cristo y os conforméis con Él, ya que es Verdad y Vida.
»Hoy tengo que repetir una vez más que nuestra Obra necesita dirigentes; por ello no creo que sea ocioso deciros que todos aquellos que habéis vivido intensamente este Año Santo sois los llamados a vitalizar nuestra Juventud en el futuro.
»Afianzaos en Cristo y contemplad cuántas son las tareas que para el esfuerzo cotidiano os ofrece el mundo indigente de nuestros días. Manteneos, sobre todo, en la línea de un católico integral.
»Y, sobre todo, invocad conmigo a la Reina de los cielos y tierra, concebida sin pecado, Virgen de vírgenes y Madre de Dios, asunta en alma y cuerpo a la gloria celeste y omnipotencia suplicante y Mediadora entre Dios y los hombres, a la cual desde ahora y para siempre estará consagrada esta Asociación de los Jóvenes de Acción Católica de España y cuantos Jóvenes son y serán, para gozo nuestro y gloria de Dios.
»Ella consiga para nosotros la fidelidad en todo momento ala misión que el Señor nos tiene confiada» [153].
[141] Luis Fernández Quero, Delegado Nacional de Aspirantes y Secretario de la Comisión de Peregrinación; Ramón Reñé Bach, Vocal de Piedad, hoy sacerdote, y Joaquín Sagastiberri, Vocal de Enseñanza Media. El primero era el jefe seglar de la Peregrinación. Así le presentó el Embajador de España ante la Santa Sede, Joaquín Ruiz–Giménez, al «scout» jefe del campamento de San Giorgio, donde se hospedaban nuestros jóvenes peregrinos, y jefe del campamento. A cargo del segundo estaba esencialmente la preparación de los actos religiosos y profanos de la Peregrinación. Abastecimientos y Transportes era competencia del tercero.
[142] Salvo que se indique otra fuente, todo lo relativo a esta Peregrinación está tomado de SIGNO de fecha 11 de noviembre de 1950. Unas veces literalmente, otras casi.
[143] Cf. Carta de fecha 20 de septiembre de 1950.
[144] Cf. SIGNO de fecha 30 de abril de 1949.
[145] Cf. SIGNO de fecha 30 de abril de 1949.
[146] Cf. Núm. 17, 4/5 de enero de 1950.
[147] Todo cuanto aquí se dice está tomado de SIGNO de fecha 2 de septiembre de 1950 prácticamente con sus mismas palabras.
[148] De fecha 23 de septiembre de 1950.
[149] De fecha 28 de octubre de 1950.
[150] José María Castán en SIGNO de fecha 11 de noviembre de 1950.
[151] Cuanto se dice en este punto está tomado de SIGNO de fecha 11 de noviembre de 1950.
[152] «Pasé –dice José Luis Fernández Quero, Delegado Nacional de Aspirantes y Secretario de la Comisión de Peregrinación– dos horas con D. Manuel Aparici inolvidables ... ».
[153] SIGNO de fecha 11 de noviembre de 1950