En la reunión del Decanato [99] del Consejo Superior de fecha 26 de septiembre de 1945, de la que Manuel Aparici era Vocal, y todavía seminarista, se trató de la Peregrinación a Santiago, expresando José María Mohedano, Presidente Nacional, en pocas palabras, la necesidad y la conveniencia de que ésta se lleve a efecto.
El Consiliario pidió que se midieran bien las fuerzas del Consejo Superior y de la Obra antes de ponerse a trabajar. Por su parte, Manuel Aparici «recalcó cómo el éxito y la eficacia de la Peregrinación han de residir más en la labor espiritual de preparar a los peregrinos, a fin de que vivan una vida de Gracia que en la gestión y resolución de las dificultades materiales».
Se acuerda que la fecha de la Peregrinación se fije en agosto de 1948, a fin de hacerla coincidir con el Año Santo Compostelano. Una de las Comisiones creadas tiene como asesor eclesiástico a D. Maximino Romero de Lema ... » [100].
Dos años después de esta reunión, el 19 de julio de 1947 [101], Enrique Pastor era designado para la Presidencia Nacional por el Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Primado [102]. Era el sexto Presidente de la Obra. Sustituye a José María Mohedano.
En su toma de posesión alude al legado del ideal de la Peregrinación a Santiago: «no es momento –afirma– de que digamos cuánto está en él contenido; pero quiero hacer constar a Manuel Aparici y a los de su generación, que recogemos este legado que lleva dentro mucha sangre, muchas vidas sacrificadas y grandes anhelos consagrados a este ideal».
El legado del ideal hispanista es también examinado por Enrique Pastor; «hay en este legado –subraya– un ansia que nos es imposible recoger sin proclamar: es ese ideal de unir en un abrazo a todos los pueblos hispánicos; en un abrazo cordial, cristiano y misional; es un imperativo ...; es un reclamo al que hemos de contestar con el corazón abierto». «Pero ya he dicho –añade– que la empresa hispánica es misionera; al pensar en la hispanidad no nos detenemos en la frontera de una raza, sino que queremos llegar a la de todas las razas; la Juventud de Acción Católica se proclama inquieta por todos los hombres, sin fronteras de espacio ni de tiempo; toda la obra redentora de Cristo le preocupa».
Al comienzo del Curso 1946/1947 el Secretariado de Peregrinación recomienda «a los Consejos Diocesanos la puesta en marcha de sus Adelantados de Peregrinos para obtener de ellos su aportación que un día prometieron como Vocales, Propagandistas o Auxiliares del Consejo Diocesano respectivo, y propulse los Cursillos para Adelantados de Peregrinos, a fin de promover futuros Vocales, Propagandistas y colaboradores [103] de dichos Consejos».
Al final del Curso, la Memoria recoge lo que se decía en el BOLETÍN DE DIRIGENTES de diciembre:
«“Para llegar a Santiago es necesario e indispensable que los Santuarios Marianos de nuestra Diócesis o jacobeos sean visitados, y si la tradición de la Romanía ya está apagada, hemos de ser nosotros los que la resucitemos, haciendo que aquellos parajes vivan horas de gran alegría para recibir allí una Juventud santa y sana. Indudablemente, este caminar dentro de la tierra de nuestra Patria será bendecido por nuestros Patronos desde el cielo”».
Se dan normas y directrices con respecto a la organización de las peregrinaciones diocesanas al respectivo Santuario [104], y se hace indispensable que todo joven que exhibe el título de caminante hacia la Casa del Padre a través de Santiago, haya hecho los Santos Ejercicios Espirituales en retiro y alcanzar que el resto de la juventud que no pertenezca a nuestra Obra, pero que deseamos nos acompañe, los haya realizado en régimen abierto como última aspiración.
En el mes de marzo, el Consejo lleva a cabo la creación de las Cartillas de Ahorro y de los sellos de propaganda, a fin de que todos los jóvenes puedan hacer sus imposiciones de efectivos para que los gastos de su marcha material sean cubiertos sin hacer gran desembolso de una vez. Su creación no respondió más que al fin de dar facilidades a todos los que aspiraron a marchar peregrinos a Compostela.
Un mes después el Consejo da las consignas para que los Aspirantes no se queden al borde del camino, sino que, teniendo la misma meta que los Jóvenes de Acción Católica, cooperen como ellos para que el Cuerpo Místico de Cristo vea incrementado su ejército con la constitución de la Vanguardia de Cristiandad.
Por último decir que en Santiago se constituyó la Comisión Archidiocesana Pro–Peregrinación, que más tarde, por iniciativa del Consejo Superior, fue denominada Subcomisión Nacional de Peregrinación, la cual ha celebrado diversas reuniones».
Durante el curso «la Obra experimentó durante el Curso en numerosas Diócesis una notable elevación en el número y volumen de actividades y en la trascendencia de las mismas. El anuncio para 1948 de la Peregrinación a Santiago, hizo que por doquier dirigentes y socios vibrasen en un mismo y decidido propósito de poner la Obra en su respectivas Diócesis a la altura que va a exigir la empresa. Son varios los Consejos Diocesanos y muchos los Centros que han mostrado con este motivo una vitalidad superior a la de años precedentes» [105]
En el apartado dedicado a los Consejos Diocesanos, punto segundo Peregrinaciones Marianas» se dice:
«No podía faltar en las páginas de esta Memoria un capítulo que dedicar al espíritu peregrinante que en este Curso ha animado a toda nuestra Juventud, y no podía faltar porque esta actividad, jalonada con frutos espléndidos de fe, amor y sacrificio, ha constituido el nervio del vivir apostólico de todas las juventudes diocesanas, unidas en un mismo sentir y en un mismo obrar.
»El Curso ha sido acaso uno de los más llenos de sentido en el correr de los años de nuestra Obra, y lo ha sido por la sinceridad, el ardor y entusiasmo que nuestra juvenil muchachada ha puesto al servicio del más alto de los ideales: “hacer de la vida un camino tras Cristo y de nuestra Patria una ruta de estrellas en jornadas de amor y sacrificio hacia Santiago”. La consigna que lanzara el Consejo Superior de visitar a Santa María en sus santuarios antes de emprender la marcha material hacia Compostela ha sido ardientemente cumplida en las Diócesis españolas.
»Puede decirse que apenas ha quedado en nuestras tierras santuario, ermita o lugar de veneración mariana que no escuchara el rumor de las plegarias de nuestra juventud y el pisar recio de sus bordones. Nuestros jóvenes, al cruzar los caminos patrios, en densas jornadas de oración y sacrificio, animados del más alto sentido penitencial, purificaban con sus canciones los aires y dejaban tras de sí las huellas imborrables de su ejemplo y prendidas en las flores de los caminos las cuentas de un rosario infinito de plegarias dadas al viento de nuevos amaneceres.
»Muchas de las peregrinaciones habidas tuvieron carácter diocesano, siendo presididas por los respectivos Prelados y asistiendo a ellas ... representantes del Consejo Superior. Otras tuvieron carácter comarcal. En todas, los jóvenes respondieron con el mayor entusiasmo y el mejor espíritu a la llamada de los organizadores ...
En la fecha en que se cierra esta Memoria –sigue diciendo la misma– continúan con esplendor creciente las Peregrinaciones diocesanas marianas, con que nuestros jóvenes van templando el espíritu, a los pies de la Señora, para la gran Peregrinación hispánica a Compostela, la meta ardientemente soñada y ya próxima».
[99] El Decanato (integrado por los Ex-Presidentes o Secretarios Nacionales y Vocales que lo fueron durante dos años o hicieron méritos extraordinarios) es un valioso órgano consultivo para el Consejo Superior y éste se complace en asesorarse de aquel cuando los problemas transcendentales con que se enfrenta la Obra así lo aconsejan.
Con motivo de una reunión del Decanato se juntan con los dirigentes actuales los que un día –más o menos lejano– lo fueron. (Memoria General del Curso 1946/1947 de la Asociación de los Jóvenes de Acción Católica, Consejo Superior.
[100] Libro de Actas de Reuniones del Decanato 1945/1946.
[101] Cuanto se dice en este apartado está tomado de la citada Memoria del Curso 1946/1947 de la Asociación de los Jóvenes de Acción Católica, Consejo Superior.
[102] En el solemne acto de clausura de las Jornadas de Presidentes Diocesanos celebrada en Montserrat, el Consiliario Nacional dio lectura al nombramiento..
[103] Con relación a los colaboradores retribuidos. Manuel Aparici se preguntaba: «¿Se admiten que no sean de la Juventud de Acción Católica. ¿Se admite que no tengan la preocupación de su vida en gracia?» (Nota manuscrita sin fecha).
[104] Las Peregrinaciones locales durante todo el curso se han celebrado paulatinamente conforme a los planes previstos por cada Unión Diocesana.
[105] Memoria General del Curso 1946/1947 de la Asociación de los Jóvenes de Acción Católica, Consejo Superior.